¿Ponerse un vestido con una corbata?

Las etiquetas deberían ser para las tendencias en las redes sociales, así como para colocarla en la ropa o identificar productos. Pero ese de etiquetar a los de ahora como generación de cristal y a los nacidos en años anteriores como generación de cemento, lo que trae es problemas. Miren que nuestra premisa es ¿Ponerse un vestido con una corbata?, tal como se ha visto en tendencia no sólo en pasarelas, sino en oficinas y fiestas y ya la gente dice que la mujer es esto o la mujer es aquello.

Incluso, hombres que usan vestidos, entran en ese compendio de etiquetas que nos están haciendo más gregarios, más críticos y separatistas. Da dolor ver que hay quienes no saben observar la belleza latente en artículos tan elegantes como los vestidos para gorditas, donde muestran con orgullo lo que son: Seres humanos, mujeres, personas, gente que aspira, lucha y merece por ser feliz y que nada ni nadie ha de fustigar por cómo es físicamente.

Esas banalidades nos tienen cerrados y no nos dejan ver nuevas posibilidades.

¿Han leído u oído alguna vez que –supuestamente- las corbatas son una prenda sin sentido?, ¿Y han visto como la realidad de portarlas, desmiente fehacientemente ello?; no se puede a bien imaginar el portar un traje para laborar, ir a reuniones, eventos, universidades, ser ancla de noticias en televisión sin portar una corbata.

Pues las mujeres también lo saben. Y si las agentes femeninas de los servicios secretos, las damas que laboran en hoteles, restaurantes, spa, centros vacacionales, bares de lujo, casinos se lo colocan sin chistar y les gusta porque las hace sentir única, ¿Por qué no resaltar el valor estético de ponerse un vestido con una corbata para toda ocasión?

Ponerse un vestido con una corbata

7 ventajas de ponerse un vestido con una corbata

  1. Colocarse una corbata resulta acompañamiento y contraste de colores que bien se pueden fijar y armonizar, incluso mejor que una pañoleta, bufanda o mascada.
  2. El uso de hombreras y chalecos al ponerse un vestido con una corbata, brinda mayor altura, firmeza y una mejor posición que ayuda a la columna.
  3. Las corbatas femeninas no son precisamente uniformes en color como las de los hombres. La coquetería se impone.
  4. No importa la contextura de la mujer, la corbata ancha o delgada siempre acompañará a su prestancia y personalidad.
  5. Sin importar el largo del vestido, la corbata resultará un accesorio que le dará más vistosidad, además de transmitir el metamensaje de la intención de la mujer al colocárselo.
  6. Usted puede ponerse un vestido con una corbata, así el vestido sea de una o dos piezas. Claro, no aplica con los escotes a menos que sea…en la intimidad.
  7. El ponerse un vestido con una corbata no implica una tendencia de género que quiera, deba y pueda ser cada persona. Es una tendencia de clase que acompaña a todos por igual y les equipara en esa tan añorada igualdad que muchas personas no quieren encontrar, no sabemos el motivo.

Gracias a que Yves Saint Laurent revolucionó a la moda en la década de los sesenta del siglo XX con su smoking para mujer, las féminas hallaron la manera de ponerse un vestido con una corbata y seguir siendo ellas, sin etiquetas ni diferencias.

Nosotros bogamos porque esa tendencia siga y que sean su buen gusto y personalidad persistiendo e innovando, para que sea recurrente la bella elegancia de una mujer portando una fina, exclusiva, alusiva y grácil corbata.

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